Los hay reflexivos e impulsivos, intrépidos y precavidos. Los hay que lo hacen por afición y los hay –cuenta la leyenda- que incluso se ganan la vida con ello. Fotógrafos los hay de muchos tipos, pero curiosamente poca es la literatura dedicada a clasificarlos y ninguno el tratado antropológico que los estudie con una mínima base científica. Con poco de esto último y mucho de lo primero, diseccionamos una decena de ejemplares fotográficos –sólo una pequeña muestra de un ecosistema muy variopinto- con los que más de uno se sentirá dolorosamente identificado.